La accesibilidad no es un problema de moda, sino de modo.

  • 23 abril 2025
  • acceseo
  • Lectura: 4 minutos
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Este artículo no va de herramientas ni sobre cómo cumplir la Ley Europea de Accesibilidad (European Accessibility Act) que entra en vigor en junio de este año. Mi foco y el debate están en otro lugar. Me resultan indiferentes las cientos de checklist o cualquier otra herramienta para salir del paso y agilizar procesos de cumplimiento. Esto va de personas y de un cambio de mentalidad necesario para integrar la accesibilidad en el ADN de nuestros equipos de trabajo. La actualización nos confronta, y si no lo entendemos, quedamos fuera.

Nuestro ecosistema IT exige una realidad diferente: equipos que piensen de manera crítica, que pregunten, cuestionen, propongan y compartan. Profesionales con empatía, capaces de comprender el producto más allá de su propio micromundo. Desarrolladores, marketers o diseñadores que, aunque estén especializados en full-stack, SEO o UI, respectivamente, buscan actualizarse, escuchar al resto del equipo, formarse de manera continua, dominar las herramientas de IA, entender código, aprender de negocio e integrar en su ADN algo que ya no es opcional: la accesibilidad digital.

¿Cómo integramos la accesibilidad en nuestros equipos de trabajo?

1. Deconstruir para construir

Asumir el cambio con un enfoque proactivo implica hacernos responsables de nuestras conductas, superando las actitudes reactivas del tipo “porque es lo que hay que hacer, la accesibilidad está de moda” o “porque hay que cumplir con la ley”. Nuestras formas de pensar se traducen en nuestros hábitos, y a veces se hace necesario revisar esos hábitos y modificarlos. Cambiar es un proceso, y debemos tener claro que no ocurrirá de un día para otro.

2. Manejar las incertidumbres, afrontarlas

Cuando no sabemos con precisión y claridad qué va a pasar —incluso porque a veces es imposible saberlo—, se genera una intranquilidad que es sumamente contagiosa, asociada a lo desconocido.  ¿Qué sanciones podemos enfrentar si no adaptamos nuestros productos o servicios? ¿Qué plazos tenemos para implementar estos cambios? Esto nos provoca inseguridad e incluso temor.

3. Buscar información y abrirse a nuevos pensamientos 

Y esto implica escuchar a expertos que nos lleven a cuestionar nuestras propias certezas. Asistir a charlas, formaciones, talleres; aprovechar cada espacio como una oportunidad para actualizarnos. Es fundamental estudiar en profundidad los criterios y pautas de las WCAG, comprender su propósito y aprender a integrarlas en la práctica diaria. Como dice Susana Pallero, experta en accesibilidad digital, nuestro idioma es el estándar técnico.

4. Planificar el cambio: de la evaluación a la acción

Definir en equipo lo que esperamos en términos operativos y hacer un diagnóstico real de accesibilidad de nuestros productos digitales. En este sentido, me parece interesante continuar la conversación y remitirnos al artículo de mi compañero Adam sobre cómo implementar accesibilidad web en nuestros proyectos (que, por cierto, os recomiendo mucho). Una vez obtenidos los resultados, es necesario definir un plan de acción: qué se quiere lograr, qué se puede implementar y cómo priorizar los flujos principales.

5. Flexibilidad ante errores y mirada crítica

La accesibilidad es un horizonte: siempre habrá margen de mejora, siempre aparecerán fallos. No hay herramientas mágicas ni productos perfectos para siempre. Las personas son diversas, viven con discapacidades y en contextos cambiantes, y con ellas también evolucionan las necesidades que nuestros productos deben atender. Es fundamental documentar los procesos, registrando tanto las auditorías de accesibilidad como las decisiones y mejoras que se vayan implementando.

6. Cambiar nuestros modos de hacer

Los productos digitales que creamos merecen un nivel de calidad y respeto que no permite atajos. Podemos apoyarnos en herramientas y aprovechar funcionalidades como la verificación de contraste en Figma, pero sin reemplazar nunca la revisión manual. Se trata de ampliar nuestra permeabilidad, dejar de ver esta práctica como una imposición externa y comenzar a integrarla de forma consciente.

No podemos decir que nuestras webs son accesibles si no escuchamos a los usuarios. Nuestro deber es ampliar la visión: considerar que no todas las personas interactúan de manera tradicional con el ratón; sino también a través de lectores de pantalla, navegación por teclado, navegación por voz, pulsadores, sistemas de seguimiento ocular, entre otros.

Tenemos que entender su contexto y cómo se desenvuelven, prestando atención a los gestos de interacción. Gestos como el zoom o el scroll pueden resultar complejos; por eso, es importante ofrecer alternativas, como botones visibles para aumentar o disminuir el tamaño del contenido o desplazarse por la página.

Revisábamos la accesibilidad al final de los proyectos, siempre…”, pero eso no es suficiente: debemos incorporarla desde las fases iniciales del diseño y desarrollo, debemos testear continuamente.

“Diseño y Desarrollo evaluaban la accesibilidad de manera individual dentro de su propia fase…”, pero necesitamos generar sinergia, un ir y venir de conocimientos entre equipos.

Cambiar también implica pasar del conocimiento individual al grupal, involucrar a todos,  entender qué hacen los demás equipos y hablarlo activamente. La incertidumbre se gestiona con más diálogo. El equipo es un dispositivo de intercambio de experiencias. Es un medio de brindar y recibir apoyo.

7. Cambiar nuestro entorno: ser coherentes con lo que queremos lograr

Las webs que desarrollamos tienen que hablar el mismo idioma que la filosofía y los valores de nuestra empresa.

Crear espacios accesibles no solo implica garantizar en nuestras oficinas sillas ergonómicas, ajustar los espacios de trabajo a las necesidades individuales y contar con luz natural o artificial controlada. También significa ajustar nuestras dinámicas para considerar diferentes estilos de comunicación e involucrar a cada miembro del equipo más allá de sus tareas laborales, dándoles responsabilidades en distintos espacios donde todas las voces sean escuchadas.

Fomentar equipos diversos —con personas de distintas edades, contextos, características y perspectivas— impulsa la innovación y el aprendizaje colectivo; es como ponerle el acelerador al aprendizaje, comentó Consuelo Correa en Accesibilidad Digital Summit.

Un entorno organizado promueve organización; un entorno diverso promueve riqueza de saberes; un entorno accesible promueve conductas inclusivas.

Se va produciendo un proceso de adaptación. Una suerte de mimetismo, que termina por hacer imposible otra cosa que no sea ser parte.

 

 

 

 

 

 

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