Durante los últimos años hemos escuchado hablar de forma exponencial sobre un término que, para algunos, es un gran desconocido: el branding. Pero, ¿qué significa realmente?
¿Qué es el Branding?
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ToggleDe forma directa, podemos decir que el branding es el alma de la marca, el elemento que le aporta vida.
Wally Olins, uno de los referentes en la disciplina, atribuía la siguiente definición: «El branding se ha convertido en una de las principales actividades de la dirección. En ocasiones es un proceso complejo, polifacético y multidisciplinario. Así pues, puede tratarse sucesivamente de una cuestión de marketing, de diseño, de comunicación y de actuación empresarial – y, en muchos casos, de todo a la vez» (2009).
Para completar esta definición, he de añadir que, el branding es el proceso por el cual dotamos a la marca de los distintos valores que la enriquecen en la forma en que es percibida.
En un contexto lleno de empresas de todo tipo de servicios y productos, la lucha por diferenciarse de la competencia es altamente exigente, y aquí entra el concepto de branding. Es una herramienta que permite que la marca pueda situarse en primer lugar en la mente del consumidor y, para ello, entran en juego las emociones.
Debemos buscar que nuestra marca tenga vida propia, con una historia que transmita emociones y con su propia personalidad. El branding es la herramienta que nos permite alcanzar estos objetivos, con la finalidad de lograr el posicionamiento deseado en la mente del consumidor.
En definitiva, para concluir esta introducción al término branding, podemos decir que se refiere a la búsqueda de la creación de una personalidad diferenciada de nuestra marca respecto a la competencia a ojos de nuestro target. Esto se consigue estableciendo una conexión emocional y atribuyendo gestos propios de identidad para mantener vínculos relevantes con nuestro público.
Antes de exponer todos los tipos de branding escogidos me gustaría refrescar un artículo sobre el SEO orientado a negocio, aunque no está relacionado de forma directa con el branding, toda piedra suma para generar una estrategia más sólida.
Tipos de Branding
Una vez que hemos definido el término, vamos a explorar los diferentes tipos de branding que podemos encontrar. Existen muchas tipologías, pero aquí trataremos las 5 principales.
1. Branding Corporativo
El branding corporativo es el proceso estratégico de construir y gestionar la identidad y percepción de una marca a nivel corporativo. Es decir, cómo una empresa en su totalidad se presenta y es percibida por sus diferentes públicos, incluidos clientes, empleados, socios, inversores y la comunidad en general.
Este proceso va más allá de los aspectos visuales como el logotipo o los colores; abarca también la misión, visión, valores y la cultura organizacional. El branding corporativo establece la personalidad de la empresa y define cómo ésta se comunica, tanto interna como externamente.
El objetivo principal del branding corporativo es crear una conexión emocional con el público, generar confianza y diferenciar a la empresa en un mercado competitivo. Al gestionar la percepción de la marca, se busca construir una reputación sólida y consistente, que se traduzca en la lealtad del cliente, atracción de talento y, en general, un mayor valor de marca.
En resumen, el branding corporativo es un enfoque integral que unifica todos los elementos que representan a una empresa, asegurando que la marca no solo sea reconocible, sino también respetada, recordada y valorada en el mercado.
2. Personal Branding
El personal branding es el proceso estratégico de definir y comunicar la identidad, valores, habilidades y experiencias de un individuo con el propósito de posicionarse en el mercado laboral de manera distintiva y auténtica.
A diferencia del branding corporativo, que se enfoca en organizaciones, el personal branding se centra en la construcción de la «marca personal» de una persona.
Este proceso implica la identificación de lo que te hace único y la manera en que deseas ser percibido por los demás. Involucra elementos como la imagen personal, el discurso, la presencia en redes sociales y la forma en que interactúas y te comunicas con tu audiencia.
La autenticidad es clave en el personal branding, ya que el objetivo es reflejar genuinamente quién eres, qué ofreces y cómo aportas valor en tu campo profesional o personal.
Un branding personal bien gestionado puede abrir oportunidades profesionales, ayudarte a destacar en un mercado competitivo y construir una reputación sólida que respalde tus objetivos a largo plazo.
Es una herramienta poderosa, ya sea en la búsqueda de empleo, el crecimiento personal o el liderazgo de opinión en un área específica.
3. Employer Branding
El employer branding es el proceso estratégico con el objetivo de atraer, retener y comprometer al mejor talento en el mercado laboral. Este tipo de branding se centra en cómo los empleados actuales y potenciales perciben a la organización, destacando la cultura corporativa, los valores, las oportunidades de crecimiento y el ambiente de trabajo que la empresa ofrece.
El employer branding abarca todas las iniciativas y comunicaciones que una empresa lleva a cabo para posicionarse como un lugar de trabajo deseado. Esto incluye desde la comunicación de los beneficios y la propuesta de valor al empleado (Employee Value Proposition, EVP), hasta las historias de éxito de empleados, las políticas de diversidad e inclusión, y la forma en que la empresa responde a las necesidades y aspiraciones de su equipo.
La gestión del employer branding no solo atrae a candidatos altamente cualificados, sino que también mejora la retención de empleados al fomentar un sentido de pertenencia y orgullo dentro de la empresa.
En resumen, el employer branding es fundamental para construir una imagen positiva dentro del mercado laboral, lo que se traduce en una ventaja competitiva externa en la guerra por el talento y una ventaja competitiva interna con un entorno más comprometido y productivo.
4. Co-Branding
El co-branding es una estrategia en la que dos o más marcas se asocian para crear un producto, servicio o campaña conjunta, con el objetivo de aprovechar las fortalezas y el reconocimiento de cada una para alcanzar un mayor impacto en el mercado. Esta colaboración permite a las marcas combinar sus recursos, audiencias y valores de marca, generando un valor adicional que no podrían lograr individualmente.
El co-branding puede adoptar diferentes formas, desde la creación de un producto conjunto, como las colaboraciones entre marcas de moda y tecnología, hasta campañas de marketing compartidas, donde ambas marcas promocionan un mensaje o evento común. Un ejemplo clásico de co-branding es la asociación entre Nike y Apple para lanzar el Nike+ iPod, un producto que combinó la experiencia de Nike en el mundo del deporte con la tecnología de Apple, ofreciendo una solución innovadora para los consumidores.
La clave del éxito en una estrategia de co-branding es la alineación de valores y objetivos entre las marcas involucradas. Es fundamental que ambas marcas compartan una visión similar y se complementen en términos de identidad y audiencia. Esto no solo maximiza el impacto positivo de la colaboración, sino que también minimiza el riesgo de diluir la identidad de alguna de las marcas.
El co-branding puede aumentar la visibilidad, expandir el alcance de mercado y agregar credibilidad a las marcas asociadas. Sin embargo, requiere una planificación cuidadosa y una comunicación clara para asegurar que ambas partes se beneficien de la asociación y que se mantenga la coherencia de cada marca individualmente.
5. Social Branding
El social branding se enfoca en construir y gestionar la identidad y reputación de una marca a través de su participación activa en temas sociales, culturales o ambientales. Esta estrategia busca alinear los valores de la marca con causas que resuenen con su audiencia, promoviendo no solo sus productos o servicios, sino también un propósito más amplio que contribuya positivamente a la sociedad.
El social branding implica que una marca adopte y promueva públicamente ciertos valores o causas, como la sostenibilidad, la diversidad e inclusión, los derechos humanos o la responsabilidad social corporativa. A través de esta estrategia, las marcas no solo buscan diferenciarse en el mercado, sino también construir una conexión más profunda y emocional con sus consumidores, quienes cada vez más valoran las marcas que se comprometen con el bienestar social y el cambio positivo.
El éxito en el social branding depende de la autenticidad y la coherencia. Es crucial que las acciones de la marca reflejen genuinamente sus compromisos y no sean percibidas como un intento superficial de capitalizar en temas sensibles. Una marca que adopta el social branding de manera efectiva logra no solo mejorar su reputación y lealtad de los consumidores, sino también contribuir de manera tangible a la sociedad, lo que puede llevar a un impacto duradero tanto en su imagen como en su entorno.
Resumiendo…
En un mundo donde la competencia es cada vez más feroz, el branding se erige como un elemento esencial para cualquier organización o individuo que busque destacar y perdurar en la mente de su público objetivo. Ya sea a través del branding corporativo, personal, employer, co-branding o social branding, cada una de estas estrategias aporta una dimensión única a la construcción de una identidad fuerte y relevante.
El branding no es solo una herramienta de diferenciación; es el medio por el cual las marcas pueden establecer conexiones emocionales, construir lealtad y generar un valor perdurable en un mercado saturado. Al final, el éxito de una marca no reside únicamente en lo que ofrece, sino en cómo es percibida, recordada y, sobre todo, en cómo logra resonar con su audiencia a un nivel más profundo.
El dominio del branding es, por tanto, un viaje continuo de adaptación y autenticidad, donde cada interacción es una oportunidad para fortalecer la relación con el público y dejar una huella imborrable en su percepción.